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Y de igual forma me tuvo y volvió a embarazarse en dos ocasiones más.
Escuchar durante mi niñez frases de boca adulta como: "todo está cada día más caro"; "¿a dónde vamos a llegar?", "estos jóvenes cada día peor", "qué barbaridad tanta violencia".
Si leemos la Biblia nos damos cuenta de carencias, traiciones y violencia. Si nos pasamos a leer sobre la Edad Media, sucede lo mismo. Si damos lectura a lo producido a inicios y mediados del siglo XX, la desesperanza e incertidumbre, es la idea central.
Así pues, pareciera que lo que experimento no es del todo nuevo.
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Lo cual me llega a concluir que los espíritus de los tiempos no mueven mucho, la preocupación ante lo no controlable forma parte de nuestra psique. De nuestro genoma humano. Lo que variará será el motivo de preocupación: a mis tatarabuelas les preocupaba que sus hijos salvaran la niñez y las inundaciones; a mi bisabuela, igual, quizá le agregamos que los revolucionarios no las fueran a violar; a mi abuela, tener para darles de comer y que fueran a la escuela; a mi madre y su generación, ya lo he explicado. Y a la mía, parte de lo relatado.
Quizá entonces en lugar de buscar soluciones para saciar nuestras preocupaciones, la solución real sería concientizar y comprender la raíz de la neurosis generacional.