miércoles, mayo 6

An amazing teacher



Creo que me he pasado gran parte de mi vida tratando de agradar a la gente que me rodea, en primer lugar a mis padres, luego a mi familia y amigos, en algún tiempo a mis alumnos.

En 1994 me volví profesora de redacción y literatura, deseaba dar clases de ética y relación humana y lo conseguí en 1998. Disfrutaba dar clases, inventaba actividades locas, trataba de inspirar,  buscaba que mis alumnos pensaran y leyeran, leyeran y pensaran, se cuestionaran. 

Luego me cambié de ciudad y me convertí en una directiva escolar, entonces parece que mi magia interna desapareció, busqué agradar a mis superiores y dejé de disfrutar el aula.

Decepcionada y vacía, me llené de actividades y buscando llegué a estudiar una maestría que cambió mi vida y recuperé mi esencia.

Hoy vi una película The freedom writers diary, la maestra que protagoniza dicha historia había buscado no decepcionar a su padre en ningún momento y buscando agradar a sus alumnos y captar su atención descubrió un método que no tiene nombre: observar lo que es el ser humano, sembrar la semilla del conocimiento (que lleva a la libertad) y con paciencia cuidar que germine, respetando la esencia de la semilla.

Lágrimas saladas lavaron mi alma, mientras mis ojos veían la historia, me recordé y ahora quiero rescatarme, porque solo inspirada suelo ser feliz.