lunes, enero 23

23enero2012


Hoy, al impartí un curso a profesores que dan clases de ingeniería, me he dado cuenta que estoy más cerca de los jóvenes que de los adultos.
Me crié como hija única con unos padres maduros (en exceso creo) más mi madre que mi padre, rodeada de adultos jóvenes y adultos mayores y de pocos niños. La ausencia de hermanos y la falta de primos buena onda me "arrojaron" más a los adultos que me consentían y me lisonjeaban.
Yo creo que fue por ello que me quedé anclada en la preparatoria y la universidad, podría vivir estudiando, yendo a la universidad, terminando licenciaturas y entrenando para participar en una competencia. He vivido sin querer avanzar en esta etapa.
Hoy al llegar a esta aula y ver a los adultos no poner atención, llegar tarde, responder el celular, sentí coraje y el impulso de regañarlos como jóvenes…¿sería una proyección? Muy probablemente. Aunque tenía mis razones para estar enojada por su irresponsabilidad.
Hoy declaro que me doy cuenta de la eterna adolescencia que me ha adolecido. Hoy me doy cuenta y declaro que soy una mujer adulta, que es momento de vivir a plenitud, que agradezco mi adolescencia, las fuerzas que me dio, el idealismo que me aportó y los proyectos que gracias a su energía, realicé. Pero, tomo conciencia que la siguiente etapa no tiene porqué ser inadecuada o restante de energía, ésta puede ser una etapa de sueños y de proyectos, merezco seguir queriendo a mis adolescentes y respetando a los adultos y evitando criticar y pelear con aquellos adultos que insisten en seguir siendo adolescentes.