La primera vez que fui a terapia (2001) mi objetivo era lograr tomar decisiones sin morir en el intento o decidir lo que no quería.Puedo afirmar que hasta la fecha es mi sino y esto harta de ello.
Al momento de tomar una decisión los dos perros que viven en mi, el idealista y emocional y el realista y racional se engarzan en una pelea callejera.
Yo termino en medio, con la presión de tomar la decisión y sin estar convencida de ello.
He intentado: el tarot, el consejo, la oración, la lista de pros y contras, el diseño humano y todo me sigue dejando un sin sabor. Hay algo que siempre me dice, me grita, me habla, me susurra: mis entrañas, pero poco le hago caso porque me digo "no es lógico, solo es lo que siento".
Leyendo sobre psicología cognitiva y versiones new age, resulta que eso que me dice mi cuerpo sí es información confiable, sí tiene alguna carga verdadera aunque la considere poco neuronal es otra forma que tiene mi cuerpo, mi cerebro para comunicarse.
Ahora pues, requeriré reentrenarme en escucharme a mi misma, de adentro para afuera.
