domingo, noviembre 18

Me queda chico.

A los 15 años le dije a mi papá "Siento que Culiacán me queda chico". Él solamente se rió. En realidad lo que creía es que había mucho mundo por afuera que yo debería visitar y mucha genta que me estaba esperando para compartir conmigo. Tardé 25 años en salir de la ciudad y vivir por un año fuera, de ahí, me moví a vivir en un ciudad mayor, sólo para darme cuenta lo feliz que vivía en Culiacán.
Si sumo los años puedo afirmar que me tardé 31 años en:
  • Saber que el mundo no es diferente en cada lugar si mi forma de observar se queda igual y los prejuicios me nublan la visión.
  • Viajar es una muy buena manera de cambiar de visión.
  • Vivir en Culiacán es maravilloso pero también lo es vivir en cualquier lugar siempre y cuando yo sea feliz.

Así que ahora el mundo me queda chico porque cualquier lugar lo puedo conocer, disfrutar y sentirme como en casa.
¡Viva el desapego!