Si sumo los años puedo afirmar que me tardé 31 años en:
- Saber que el mundo no es diferente en cada lugar si mi forma de observar se queda igual y los prejuicios me nublan la visión.
- Viajar es una muy buena manera de cambiar de visión.
- Vivir en Culiacán es maravilloso pero también lo es vivir en cualquier lugar siempre y cuando yo sea feliz.
Así que ahora el mundo me queda chico porque cualquier lugar lo puedo conocer, disfrutar y sentirme como en casa.
¡Viva el desapego!